Gran Canaria está a punto de dar la bienvenida a la primavera. Para fortuna de los amantes de las flores, la Isla cuenta con una gran variedad de escenarios privilegiados para disfrutar como se merece de esta estación. Estos son algunos de los lugares imprescindibles para embriagarnos de sus aromas.
Jardín Botánico Viera y Clavijo
Un paseo por el Jardín Botánico Viera y Clavijo supone una experiencia para los cinco sentidos. Este espacio exhibe colecciones vivas de plantas terrestres que son endémicas de las Islas Canarias, de la Macaronesia en general y de otras zonas con conexión con nuestro archipiélago. Además, los findes puedes realizar gratuitamente una visita guiada por sus instalaciones.
Caldera de Bandama
La Caldera de Bandama y sus alrededores son otro de los fantásticos escenarios de Gran Canaria en primavera. Dispone de una frondosa vegetación de carácter termófilo y hallarás numerosas especies animales, como la aguililla o el cernícalo. Aquí puedes practicar senderismo a través de diferentes rutas, según si prefieres un recorrido sencillo para admirar la caldera u otro de mayor dificultad y pendiente.
Finca de Osorio
Visitar la Finca de Osorio es siempre uno de nuestros planes preferidos cuando hablamos de pasar un día en la naturaleza. Ideal para disfrutar un finde (solicitando permiso previamente), aquí encontrarás una amplia riqueza forestal que alberga restos de laurisilva de la antigua Selva de Doramas. Asimismo, junto a su emblemática casona te toparás con el precioso Jardín Clásico, con fuentes, balaustres y terrazas a diferentes niveles.
Parque Natural de Tamadaba
Piérdete en la grandeza de los bosques de pino canario del Parque Natural de Tamadaba. Declarado por la Unesco Reserva de la Biosfera, podrás disfrutar de senderos inolvidables y merendar en el área recreativa de Llanos de La Mimbre o el Área Recreativa Tamadaba. Ahora bien, recuerda dejar el lugar tal y como lo encontraste.
Los Tilos de Moya
Al igual que la Finca de Osorio, la Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya supone uno de los últimos reductos de la Selva de Doramas. Su fauna y flora está compuesta por diversas especies endémicas de laurisilva y en sus entrañas disfrutarás de una ruta circular de dos kilómetros, perfecta para realizar con niños. Esta finaliza en el Centro de Interpretación de Los Tilos, donde te empaparás de la historia y el estado actual de este espacio verde.